Durante mucho tiempo este cortijo ha vigilado el paso del rio Almanzora entre La Concepción y el resto de barriadas de Overa. Tiene un encanto especial y, sobre todo, una enigmatica presencia basada en la simplicidad, en el equilibrio tranquilo y no pretencioso... Representa la esencia de la Overa sencilla, digna y cercana de todos los tiempos.